Wednesday, April 30, 2008

ILUMINADOS

“Toda inteligencia se hace moral cuando se hace mundo. Si aquella se separa de él nos convertimos en iluminados.”

Únicamente a través de las metáforas del tiempo y la luz, las antiguas civilizaciones lograron la catarsis entre la vida y el fin. La arquitectura hija de la muerte creó dos tipos de templos: Aquellos que dejaban que el mundo natural se integrara como la hiedra y floreciera como el loto y la fuente; y los otros, aquellos ensimismados en el culto convirtiendo la evocación solar en técnica y artificio de la propaganda de si mismos. Como anuncios de neon.

Dos clases de peregrinos acudieron a aquellos templos. Aquellos que querían permanecer en el mundo, siguiendo el ritmo moral del humanismo, y aquellos en busca de un fulgor mágico, dispuestos a ser elegidos y redimidos. Los primeros, sin más satisfacción que el poder conocerse a si mismos a través de sus compañeros de viaje, escudriñaban el reflejo de los estanques y el rumor de los manantiales. Los segundos, contaban el numero de fieles y los días restantes hasta la siguiente manifestación de vida con afán conversor.

En la dialéctica del iluminismo se enfrentan la satisfacción de la verdad con la eficacia en su operación. El conocimiento es lascivo sin su ejecución técnica. ¿No es esta dialéctica en si misma un producto alejado del mundo? ¿Acaso existe un enfrentamiento inherente entre lo que es complementario? ¿Es posible la independencia de lo que no existe sin su antecesor, fuera de la traición?
Dicen que existe un lugar donde todos los niños juegan entre claroscuros al escondite. Quizás, todavía exista este lugar común donde los pequeños torbellinos nos intimidan con sus cabriolas y engaños o nos pulverizan con una sonrisa sostenida en el vacío, o nos llaman asomándose a través de una mirada universal. Aunque finjan esconderse, son el grito del mundo. Jamás renunciarian a él, porque a él pertenecen.

Saturday, April 26, 2008

FIN DE REGIMEN

Si un régimen de poder cae por una causa particular es porque ésta estaba contenida en el principio general que determinaba dicho régimen. Esta máxima de Montesquieu, nos recuerda que causas particulares pueden acabar con un régimen de poder, aunque, para ello, deben ser manifestaciones de una debilidad inherente al mismo.

En el Estado de Partidos español, existen numerosas causas particulares que pueden ser consideradas como amenazas para el régimen. La crisis de Estado actual se ha producido por el impulso del grupo político en el poder, al desarrollar una de las causas generales de inestabilidad de aquel, su ordenación territorial. De esta crisis, solo se puede esperar una transformación favorable a las oligarquías políticas, dada su fuerza motriz, o una reacción autoritaria. La crisis sufrida por la monarquía se debe a este desarrollo y a la aplicación de la norma constitucional en el caso de las caricaturas de El Jueves.

El reciente escándalo en el PP, por la elaboración de las listas electorales para las elecciones generales de Marzo, nos hace ver que si este partido fuera excluido de las mismas tal como ordena la Constitución y la ley electoral, el régimen sufriría un colapso tan mayúsculo que sólo la apertura de un periodo constituyente podría resolver la crisis de Estado.

La obligación legal del cumplimiento de la Constitución de 1978 por parte de los partidos, es la tectónica de placas que el MCRC puede poner en marcha hasta llegar a un periodo constituyente producido por el completo colapso político-administrativo de la oligarquía, qué mejor prueba de la incapacidad de sus propias normas.
Dado que todas las acciones realizadas para acabar con el sistema imprimirán su carácter sobre el siguiente, solo las acciones de la inteligencia y la libertad podrán conducir a la República Constitucional, no tanto por sus resultados finales, como por su inteligente ingenuidad.

SANIDAD FRACTURADA

Asistimos durante el último mes a un recrudecimiento en las huelgas de médicos. Tradicionalmente, este colectivo altamente corporativista, se ha movilizado únicamente para reivindicar aumentos salariales. No queda excluida en esta ocasión dicha petición, pero algunos sindicatos están empezando a preocuparse por el futuro de la sanidad en España y no sólo por sus condiciones laborales. Los síntomas del Sistema Nacional de Salud anuncian un coma irreversible.

La cesión de competencias en materia sanitaria a las autonomías no solo ha creado un problema organizativo y de eficiencia, sino que ha propiciado la asimilación del modelo sanitario a los intereses de las oligarquías políticas regionales. Además, ha convertido el derecho universal a la salud, objetivable por indicadores médicos y sanitarios, en mercadería política utilizada en la lucha por el poder. En las comunidades autónomas nacionalistas, la libre circulación de profesionales sanitarios se ha impedido por dar mayor importancia relativa al conocimiento de la lengua regional en detrimento de los meritos científicos o laborales de éstos. Esto, junto con la competencia de otros países europeos como Portugal o Reino unido, con mejores condiciones laborales para los médicos (Que no han formado) y el aumento de población por la inmigración, ha hecho que en comunidades como el País Vasco o Galicia falten médicos especialistas. En las comunidades autónomas en las que gobierna el PP, como Madrid o Valencia, se ha apostado por una sanidad privatizada en la que los protocolos médicos se han confeccionado condicionando los criterios científicos a su rentabilidad económica, y se han desviado fondos públicos para cubrir el negocio imposible de hospitales como el de Alzira en Valencia o para financiar las plantillas de personal de los nuevos hospitales privados en Madrid. En todas las comunidades, el gobierno regional ha chantajeado a las comarcas que necesitaban un hospital cuando su ayuntamiento principal era de distinto color.
Por otra parte la formación médica sigue dependiendo de la explotación de mano de obra barata por el sistema MIR, que ha convertido a las facultades de medicina en meras academias de preparación de este examen test. Como consecuencia, el objeto de la medicina, el paciente y su sufriente humanidad, resulta algo extraño a los alumnos, quienes son como músicos que nunca han escuchado ni una sola de las notas que han aprendido a leer y recitar de memoria sobre la partitura.

Sin cambio de régimen, se hace imposible imaginar una racionalización del sistema sanitario español para que esté al servicio del ciudadano y pueda aportar algo a la ciencia biomédica.